Final Fantasy X

Pese a lo mucho que me había tentado el FFVII, al que tan solo pude jugar a una demo en PC, mi primera experiencia completa con la saga Final Fantasy no llegó hasta esta décima edición.

Aunque hace ya tiempo que lo jugué lo que más perdura en mi recuerdo son las emociones que conseguía transmitir al jugador, con su música, la historia con sus giros argumentales, la interpretación de los actores, las expresiones faciales de los personajes protagonistas.
Estos últimos tenían su propio carisma, sus motivaciones y personalidad, conseguían vincular al jugador dentro de su tramas particulares como muy pocos juegos lo habían hecho antes.

El guión es sin duda otro de los puntos fuertes ya que consigue dar solidez a la historia e ir introduciéndonos poco a poco en ella hasta atraparnos.
Y eso a pesar de que el ritmo de juego es bastante lento y nos costará más de 100 horas completarlo, convirtiéndose tal fin en una magna empresa. Tenemos también mini-juegos, como las carreras de chocobos o los partidos de blitzball que me resultaron de lo más sorprendente.
Las diferentes localizaciones y sus variopintos paisajes daban esa idea de "gran viaje" que sustenta esta aventura.
Desde la Isla de Besaid, nuestros pasos nos llevaban hasta sitios como el país de los Ronso, la Llanura de la Calma, la ciudad de Luca (donde tenía lugar el torneo de blitzball), la Llanura de los rayos (en las que más de una vez nos caía uno encima), el sobrecogedor y bello escenario del Bosque de Macalania, el Desierto de Bikanel (y ese maldito cactus!! XD), los templos en los que teníamos que devanarnos un poco los sesos...

Las escenas cinemáticas resultaban espectaculares, más incluso que la peli Fuerza Interior" (de la que nunca entendí como encajaba en el contexto de FF). Junto con el juego venía un DVD con trailers y con el "cómo se hizo" en el que se puede comprobar con qué nivel de cuidado se realizaron estas escenas. Para ello se utilizó un nuevo motor gráfico junto con el procesador Emotion Engine para implementar los juegos de luces, el movimiento del pelo, las expresiones de los rostros, etc..

Pese a que nunca me han entusiasmado los juegos de estrategia ni los combates por turnos, en este caso consiguió engancharme el sistema propuesto de combate, ya que tenía cierta profundidad pero sin ser desesperante para los que no tenemos demasiada paciencia con estas cosas.

El sistema de progresión de personajes (que todo buen RPG tiene) presentaba la novedad de utilizar el Tablero de Esferas, aspecto que también me gustó ya que dependiendo del camino elegido podías orientar más a un personaje hacia una potencialidad concreta o mantenerlo más equilibrado.

El éxito de público y crítica junto con los logros y galardones obtenidos por Final Fantasy X, lo sitúan con honores entre uno de los mejores vídeojuegos de todos los tiempos con más de 10 millones de copias vendidas en todo el mundo.